El rostro materno de Dios
Dios, tu rostro es:
La caricia temprana que me despierta para nuevas mañanas,
La voz calmada que me orienta para un nuevo anhelo,
La compañia que me escucha amorosamente,
La mano cálida que sujeta mi temblorosa y fría mano,
Las manos que saben preparar nutritivos encuentros que me alimentan,
Los brazos que arrullan tristes llantos de noche,
La presencia que se acerca aún cuando trato de correr de ella,
Los ojos que leen y me protegen de mis propios pensamientos,
La mirada que corrige mis intenciones desviadas,
La sonrisa que me dice en voz alta que soy amada,
Así, tu Dios te has vuelto,
un rostro de madre.
(6 años. 24 Septiembre 2014–2020)
