La Hamaca Paterna

Así como una hamaca que trae descanso, así tu vida tan cerca de la mía me ha enseñado a descansar en brazos mayores.
Así como una hamaca hecha a mano, así tu vida con tus manos ha hecho que conozca un amor tierno , respetuoso y cuidadoso.
Así como una hamaca arrulla, así muchas veces con arrullos me calmaste cuando era chiquita, ahora me arrullas con tus oraciones diarias que haces cuando nos videollamamos.
Así como una hamaca que está sostenida en el aire y puede romperse fácilmente, así me has mostrado que la vida aún sostenida por la fe, es frágil, se quiebra. La temporalidad de la vida.
Así como una hamaca guatemalteca colorida, así me has desafiado a que reconozca en mi y en otros la belleza de la creatividad. Reconocer la creatividad en quienes me rodean, es ver la imagen de Dios encarnada en cada persona.
Así como en esta hamaca estás con tu biblia arrugada, así cada día en muchos lugares y momentos, aún en los que menos ganas dan de“tener un devocional” o cuando pareciera que no hay “tiempo” te he visto priorizar tu tiempo entre Él y tú. Gracias por insistir y cultivarlo pacientemente. (Ahora, que no vivo más en la casa es algo que trato hacer diariamente, aunque a veces me cuesta). Gracias papi.
Así, tu alegría mañanera que tienes en esta hamaca (porque sos persona de las mañanas), así junto a tí he encontrado en los momentos de densa obscuridad las alegrías más sencilllas y profundas y muchas veces han sido por la mañana.
¡Gracias papi!, lo que hacías en nuestros primeros cinco años, lo sigues haciendo. Has sido el mismo, nos seguís retando un montón, nos impulsas con preguntas pero con palabras que nos afirman, y nos seguis amando incondicionalmente. Invaluable regalo paterno.
Con amor,
tu chiquis grande!