Love Street
En el 2017, encontré y camine en esta calle.
Me sorprendió su nombre, Love Street.
Al caminarla pensé:
Estoy aquí caminando la Calle del Amor, y creo que está es la figura de la vida. Estamos en la calle del amor, estamos en el trayecto del amor.
Mientras la caminamos, nos encontramos a otros que van también caminándola, dando amor y tratando de recibir amor.
También nos encontramos a los que la van recorriendo sin darse cuenta que van en la calle del amor; el orgullo los hace incapaces de ser receptivos al amor o ser iniciadores de amor.
Otros, la caminan creyendo que no son amados y ponen en duda el amor entre otros regando sútilmente sus palabras de incredulidad.
En esta calle, caminan también los que cínicamente le cantan al amor cómo si lo conocieran, pero están tan lejos de él.
También algunos caminan amando, pero sus motivaciones están enraizadas en el resentimiento y en el miedo de la soledad que aunque tratan y vuelven a tratar no viven en un amor veraz.
Y caminan los que creen que son capaces de crear amor por ellos mismos. Y logran llegar a amar e incluso sentirse amados, pero en lo hondo de ellos descubren que no son plenamente amados y solo logran amar por un tiempo, dura poco.
Y en este trayecto van otros que no celebran el estar rodeados de quienes luchan por por hacer crecer al amor transformador en ellos. Lo ven e incluso llegan a desear en silencio permanecer a ese amor transformador pero la arrogancia, necedad y envidia siembra en ellos.
Y así todos vamos atravesando la vida, la calle del amor.
Las ventanas, los muros de la calle del amor, se abren a todos con frutos de un amor que orienta, sustenta y permanece.
Algunos los están conociendo y dando a otros. Porque en el trayecto soltaron su convicción de creer tener la capacidad de amar por ellos mismos y reconocieron que crecía adentro de ellos mismos, lo que contamina la calle del amor, la vida. ( Los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. Marcos 7.20–23).
Y decidieron por un amor que no es cambiante pero en cada momento del trayecto cambia al que anda la calle del amor para un fin eterno y perfecto.
Así quiero cada día seguir el trayecto de la Calle del Amor: soltando, reconociendo y decidiendo por el amor y en amor.
(Escrito hoy, en “día del amor”).
