Mi papá en el púlpito y en la mesa de la casa
Escrito en Octubre del 2014.
A menos de tres semenas que hemos despedido a mi mamá, mi corazón se comprime y expande al escuchar a mi papá.
El ha entregado a su esposa, a Su creador. Lo hizo de rodillas en la cama frente a ella y junto a nosotras. (¡Qué valor!) Y tambien lo hizo en el cementerio el 26 de septiembre, mientras amigos, hermanos y familia cantaban, mientras sus hijas sostenian flores blancas y los niños de Educando para la Vida, soltaban al cielo globos blancos.
El ha despedido al amor de su últimos 30 años de vida.
El ha amado a su compañera de vida desdel el primer día, que le dió la mano cruzando una calle en 1984 hasta la última noche que toco y tomo su mano en su habitación em septiembre del 2014.
El ha cuidado durante 30 años de la manera más tierna a su amiga y esposa.
El ha sacrificado su descanso, su tiempo, su vida por estar cada día amando a la mujer de su juventud.
Él, este hombre es mi papá.
Mi papá que hoy desde el púlpito de la iglesia y desde la mesa de la casa nos habla el mismo mensaje:
“Hermanos, aquí sigo con todos ustedes. Pero necesito que sepan algo, me tienen aquí pero a partir de hoy voy solo con la mitad de mi corazón.
Hoy es el tiempo, de entender la crisis en el paranorama del plan perfecto de Dios.
Hoy es el tiempo de Dios. Y Dios es soberano, en la historia de nuestras vidas y es una historia para bien”
Tomé nota de su mensaje, es el primero después del entierro de mi mamá, lloré casi todo el tiempo de su mensaje. Sabía que sólo la suficiente e incesante mano de Dios lo sostenía allí en el púlpito.
“La soberanía de Dios en la historia de las familias de la tierra nos permite comprender:
- La vida humana, un peregrinaje con propósito.
- La importnacia de tener convicciones de vida, nos da una identidad existencial en la vida.
- El valor de vivir siempre en la presencia de Dios.
Esto es el retorno al Señorío de Dios”.
