Un memorial a ti, mamá
Hoy, 24 de Septiembre, 5 años.
Un 2 de Febrero de mi 1963 naciste y te llamaron Sara Elizabeth.
Naciste hace 56 años, en la tierra de San Marcos. Y hoy hace cinco años que has nacido a la vida eterna.
Naciste en un hogar sencillo pero lleno de fe nueva. Tus padres, Alberto y Celia te dedicaron a Dios, aún con tiernas convicciones te entregaron a Él.
Naciste entre hermanos mayores, que se volvieron tus amigos de estímulo para crecer y aprender.
Naciste en una linda tierra con fragancia a flor de café. Rodeada de plantillas de banano, matas de café, árboles de cacao, plantas de Orozus y una casa de madera.
Naciste con una valentía y espirítu aventurero mayor a todos. Ese espíritu valiente que a mi hermana le corre por la sangre.
Naciste con tanta pureza y elegancia. Siempre tu vida tenia una presencia muy única en cada lugar y momento.
Naciste para ser una mujer de sabiduría y discreción. Recuerdo verte hablando, caminando y orando con mujeres en la iglesia, en la calle, en tu trabajo, en la casa, en campamentos, en supermercados en todo lugar. Y siempre te preguntaba: “¿Mamá, porque hablaste tanto con ella, y por qué estabas llorando?”
Y tu respuesta era:“ Lloro porque me duele el dolor de otras mujeres y amigas. Y juntas estamos aprendiendo. Y no seas tan curiosa, Ruthis. Hay cosas que no puedo contarte”. Yo era niña, así que no entendía el ministerio de la compañia, intercesión y consejo que Dios te dió para tus amigas y toda mujer que se te acercaba o te acercabas.
Naciste para compartir la mesa y el discipulado con mujeres que caminaban sin conocer la Verdad. Aún recuerdo, cuando iniciaste las mañanas de café en nuestra casa, cuando viviamos en España. Invitaste a las mamás de los compañeros del colegio de mi hermana. Tu hospitalidad y amor, les hizo a cada una de ellas quedarse.Y así cada semana, con un cafecito y pastelito, tú llevabas a Jesús a las mamás de nuestros compañeros mientras estabamos en el colegio. Mi papá siempre te ayudaba a tener lista y abierta la casa.
Naciste para ser generosa y hacerlo silenciosamente. A veces saliamos a comprar algo, que no era para nosotros. Y muchas veces nosotros no teníamos mucho. Tus ojos y oídos estaban siempre despiertos a las necesidades de los otros. Recuerdo, cuando dijiste “Regalaré la lavadora, porque ella tiene cinco hijos y un problema en sus brazos para lavar tanta ropa a mano, ella la necesita más que nosotros”. Y recuerdo que a los meses yo estaba molesta porque esta mujer ni te saludaba despues en la iglesia. Mi papá y tú me dijeron “Ruth, no compartimos para ser amados, compartimos porque amamos”. También recuerdo cuando nos contaste que un día cuando eramos muy pequeñitas, solo tenías dinero para nuestra leche Nido que necesitabas comprar ese día. Justo esa mañana escuchaste en la Radio Cultural la necesidad de una familia. Así que fuiste a la radio a dar el dinero (de nuestra leche) para que la entregarán a esa familia. Esa misma tarde un hermano mayor de la iglesia tocó la puerta de la casa. Y te dijo: “Hermana Sary, solo venía a dejarle esto, (y. te extendió un billete) es para la leche de las niñas”. Aún se me hace un nudo en la garganta al recordar tu desprendimiento a las cosas, al dinero y tu inmesa generosidad confiada.Tu generosidad engendro generosidad.
Naciste para darte a otros, aún recuerdo cuando eran a penas menos de 10 niños por los que ibas a Zaragoza para iniciar Educando para la Vida. Tu y mi papá estaban convencidos de la visión de Educando para la Vida. Así que tomaban el bus, y se iban con un bote de crayones y lápices. Visitaban a Seño Rosa, pasan por la cubeta de atol y juntos iban a la Escuela. ¡Cuanto sembraste en Zaragoza y regaste junto a mi papá, hoy vemos crecer sus semillas!
Naciste para abogar en tribunales por justicia para las niñas y lograr condena para los violadores de nuestras niñas guatemaltecas. Te veía desvelarte estudiando las leyes, madrugar, orar y salir para las audiencias con tu traje elegante y tu rostro templando y seguro. ¡Eras muy guapa! Al final del día, nos llamabas diciendo. ¡Ganamos el caso, se dictó condena! Fuiste por tantos años, la voz que exigió justicia para niñas y adolescentes. ¡Cómo me encantaría que vieras a Ana ahora, es cómo tú!. Ana, siempre soñó con que trabajarán juntas. Y creo que lo están haciendo. ¡Verla es verlas y escucharlas juntas!.
Naciste para arriesgar tu vida por la niñez de Guatemala, no tuviste nunca miedo de ir a las fronteras de Guatemala a investigar casos de víctimas o en los lugares de zona roja en Guatemala. Muchas veces mi papá no te dejaba sola, y juntos hacian equipo. Otras veces la policia te acompañaba pero otras más fuiste sola. Siempre fuiste prudente e increiblemente valiente.
Naciste para trabajar por la justicia desde el anonimato.
Y así podría seguir escribiendo para lo que naciste y viviste, mami.
Naciste, para seguir viviendo en mi, cada día sigue tu legado viviendo en mi, en mi hermana, en mi papá y en todos aquellos que te vieron nacer y vivir para la eternidad.
